Mensajería de Texto para la Nutrición
¿Puede el mínimo esfuerzo de un mensaje de texto ayudar a que los niños y niñas crezcan con buena nutrición? El proyecto Mensajería de Texto para la Nutrición en Chimborazo, Ecuador, apuesta a que sí. Apoyado por los principios de la economía del comportamiento, el proyecto busca llegar a los hogares rurales y difundir información que ayude a mejorar las prácticas de los cuidadores y combatir los altos niveles de desnutrición infantil. El proyecto ha sabido adaptar el contenido de sus mensajes de texto para llegar tanto padres como madres, dado que en estos hogares los dueños de los teléfonos celulares son los hombres en su mayoría. Este proyecto innova al utilizar tecnología existente y adaptar el contenido como sea necesario con el fin de modificar el comportamiento de las familias a bajo costo.
Problemática
En el 2012, Chimborazo era la región con mayor desnutrición infantil en Ecuador y sigue siendo un problema con varias aristas: la mayoría de las familias viven en condiciones de pobreza, sin acceso limitado a agua y sanidad, y con limitado acceso a los servicios médicos que los niños necesitan para su desarrollo, especialmente en sus primeros tres años de vida. Estas condiciones explican también la falta de información en los hogares acerca de la importancia del consumo de micronutrientes para el desarrollo infantil. Las iniciativas que buscan informar y empoderar a los cuidadores en áreas de vulnerabilidad siguen siendo escasas.
Solución
Los mensajes de texto tienen un gran potencial en contextos como el del Chimborazo, pues son de bajo costo y solo necesitan tecnología básica para diseminar información. Durante 14 meses, las familias que participaron en este programa recibieron 75 mensajes de texto con distintos tipos de información, dependiendo de los grupos a los que fueron asignados: algunos mensajes motivaban a los padres a llevar a sus niños a los controles médicos, otros a incluir nutrientes esenciales en la dieta del hogar, otros a mejorar las técnicas para diversificar la dieta de los niños, así como se enviaron mensajes para garantizar el consumo de agua potable y mejorar el hábito del lavado regular de las manos.
Evaluación e Impacto
Para evaluar el impacto de este programa, se utilizó un experimento de asignación aleatoria. 2000 familias fueron asignadas a 5 grupos que recibieron mensajes de texto, y 1000 familias con características similares se asignaron a un grupo de control que no recibió mensajes de texto. Los niños en hogares donde los padres recibieron mensajes de texto subieron de peso y se enfermaron menos que los niños en familias que no recibieron mensajes. Las buenas noticias: el esfuerzo mínimo de un mensaje de texto puede hacer la diferencia.