Casita – estimulación temprana y apoyo social en Perú

Carabayllo—un distrito de Lima, Perú—es una zona con altos niveles de pobreza donde las familias enfrentan situaciones de estrés que con frecuencia limitan la capacidad de los cuidadores para fomentar el desarrollo de los niños. Esto debilita los lazos entre cuidadores y niños, los cuales son fundamentales para el desarrollo infantil integral. Los padres y cuidadores a menudo no cuentan con información de calidad sobre la importancia para de las interacciones, el juego, las conversaciones, y otras actividades para el desarrollo infantil temprano. Nacer y crecer en estas condiciones, así como la exposición a ambientes de estrés, puede afectar el desarrollo físico, cognitivo y socioemocional de niñas y niños, teniendo impactos a mediano plazo en sus capacidades de aprendizaje y su desempeño escolar. Si bien existen iniciativas para promover el desarrollo de los más pequeños, todavía son necesarios programas con enfoques integrales y que aspiren a la articulación de distintos actores (salud, nutrición, comunidad, padres, educación, otros).

Esta intervención adaptada al contexto, basada en la evidencia, consiste en que agentes comunitarios de salud enseñan y realizan actividades personalizadas para el desarrollo de los niños. El programa está centrado en atender las necesidades de los niños entre 6 y 24 meses de edad con riesgo de retraso en su desarrollo y de sus cuidadores principales. Cuidadores y niños asisten a sesiones semanales en centros comunitarios (Casas Comunales) o de salud durante tres meses. En las sesiones se realizan actividades divertidas para desarrollar las habilidades motoras, desarrollar el lenguaje, y el desarrollo físico de los niños a través de juegos y cuentos. Adicional a las sesiones en centros, el programa entrega alimentos, provee servicios de salud mental, y asiste a las familias para que puedan acceder a servicios del gobierno. Además, también se implementó Casita+, una intervención en la que agentes comunitarios proyectan videos educativos (con enfoque Universal Baby) a los cuidadores que contienen información sobre cómo mejorar la calidad de interacciones usando la motivación, afectividad, y la capacidad de respuesta de los niños con riesgo en su desarrollo.

Se realizó un experimento de asignación aleatoria. 60 niñas y niños con riesgo de atraso en su desarrollo en por lo menos una dimensión (motora, lenguaje, social, y coordinación) fueron asignados a un grupo que recibió la intervención (grupo de tratamiento) y un grupo de control. 41 niños recibieron la intervención de apoyo parental de Casita junto con soporte nutricional; y 19 niños solo recibieron soporte nutricional. La intervención se realizó entre 2014 y 2015 y durante tres meses el grupo de tratamiento recibió apoyo parental en 12 sesiones lideradas por agentes comunitarios. Las sesiones se enfocaron en la enseñanza y práctica de interacciones apropiadas para el nivel de desarrollo de los niños e incluyeron actividades como crear juguetes con materiales reciclados. Las buenas noticias: Los resultados muestran que Casita mejoró el desarrollo de lenguaje, motor, y socioemocional de los niños que recibieron la intervención de apoyo parental con soporte nutricional, comparado con el grupo de control que solo recibió el componente nutricional.